Relaciones con las personas

El poder de la primera impresión

Buscando dar una imagen profesional el primer día, según él, la trasladará durante el resto del semestre, cuando vuelve a su ropa habitual que vestirá hasta que llegue un nuevo grupo de estudiantes.

Su pensamiento es que los estudiantes recordarán su primer encuentro positivamente y más fácilmente le darán el beneficio de la duda a medida que avanza el semestre, ya que se han preparado a respetarlo a través de esa primera impresión favorable.

La secuencia en que nos encontramos con los asuntos es decisiva en cómo juzgamos la información posterior. El impacto exagerado de la primera impresión se relaciona con el efecto halo, ese fenómeno por el cual la percepción de cualidades positivas en una cosa o parte da lugar a la percepción de cualidades similares en las cosas relacionadas o en el todo.

Aquí hay un ejemplo: en una fiesta, eres amigable con una persona y luego le pides que sea patrocinador para una buena causa. Te comunicas con esa persona porque piensas que va a hacer una contribución. En realidad, no hay una conexión intrínseca entre ser agradable y ser generoso. Sin embargo, es el efecto de halo de la primera impresión el que te lleva a hacer esa suposición injustificada de que los dos estáis relacionados. La mayoría concluyen que si se encontraba en una categoría (alegre), también será positivo en otra (generoso).

El efecto halo es poderoso, pero cuestionable, aunque importa mucho en las relaciones a largo plazo, como la que existe entre profesor y alumno. Mientras que el atuendo puede predisponer a los estudiantes a pensar que el profesor debe conocer su tema porque crea una primera impresión profesional, el efecto se agota si, después de todo, la persona resulta ser un mal maestro.

La primera impresión importa, pero la sustancia tiene la última palabra. Si nunca hubieras visto u oído hablar de Einstein, la primera vez que lo vieras, lo más probable es que tu impresión hubiera sido negativa. Ahora su rostro está asociado con el genio, no con la locura porque es la persona quien ha llegado a definir lo que es el genio.

El problema es que muy pocos de nosotros somos Einsteins y que a menudo no tenemos la oportunidad de rectificar una primera impresión negativa.

Si lo que otros piensan de ti es importante, presta atención a cómo te ven los demás la primera vez que te conocen. Es tan importante prestar atención a cómo das tu primera impresión que puede predisponerte contra otra persona.

La primera impresión es importante, para bien y para mal. Están muy bien cuando le gustas a alguien en una primera cita; pero ya no está tan bien cuando la primera impresión es negativa. Una primera impresión positiva conduce a la cohesión social; las primeras impresiones negativas conducen a sesgos y prejuicios sociales.

El efecto de halo distorsiona la realidad. Se crean falsas impresiones y puede, por ejemplo, llevar a los investigadores a descartar la información discordante; las empresas se vuelven complacientes; a los maestros se les sobreestima o se les menosprecia, influye en el rendimiento real de un estudiante; es un sesgo para la policía al identificar erróneamente sospechosos y los bancos otorgan préstamos a quienes no deben.